Problemas en la carretera de El Saler

Políticos y economía de Valencia
Las mayores aberraciones políticas en la carretera de El Saler CV-500, Perellonet, Palmar y Perelló que todos los políticos están cometiendo contra los ciudadanos, el turismo y las empresas de hostelería.
20/1/2021 ― Si a estas alturas de la película alguien cree que los problemas de la carretera de El Saler son problemas ecológicos, sólo puede ser por dos motivos, o es un perfecto gilipollas o es un honorable miembro adiestrado de la masa borreguera.
Todos los ciudadanos residentes en la zona sur de Valencia, hoteles, restaurantes, comercios, etc. se han visto vilipendiados -puteados para ser más claros- sistemáticamente desde que llegó el Partido Popular con su poder hegemónico hasta hoy en día. Ahora Compromís y PSOE sólo han tenido que dar media vuelta más de rosca con badenes y nuevas restricciones.
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Problemas de tráfico en la carretera de El Perellonet y El Saler
Hay que recordar que la carretera de El Saler CV-500 es una carretera comarcal y debe proporcionar la viabilidad y servidumbres de acceso a todos los ciudadanos de El Perellonet, El Saler y El Palmar, que por si alguien lo ha olvidado, son barrios de Valencia capital.
En toda esta zona de Valencia, los políticos han cerrado hoteles, expropiado viviendas de propiedad privada legalmente construidas, se ha prohibido practicar surf y deportes de vela ligera, etc. Y lo más sorprendente, todo con la pasividad de la masa borreguera.
La gran arma de los políticos es la pasividad de los ciudadanos y el "mesinfot" o "seminfot" de los valencianos.
La realidad política del acceso por carretera a El Saler, Palmar y Perellonet
La situación de la carretera CV-500 de El Saler en Valencia, es uno de esos ejemplos en los que el discurso ecologista se convierte en una coartada ideológica. Nos quieren vender que se trata de un problema medioambiental, cuando en realidad estamos ante un claro conflicto político, con tintes sectarios y partidistas.
La izquierda valenciana ha decidido disfrazar de «protección de la Albufera» lo que no es más que un intento deliberado de asfixiar a un sector económico vinculado, en buena parte, a personas y negocios de Valencia que no comulgan con sus ideas: propietarios de apartamentos, restaurantes y pequeñas empresas turísticas, que en su mayoría no forman parte del clientelismo ideológico progresista.
Esta guerra no va de carriles bici ni de humedales. Va de arrinconar a quienes tienen una forma de vida que molesta a la izquierda: quienes han invertido en la zona, quienes viven del turismo de playa y quienes defienden un modelo de libertad económica, frente al intervencionismo crónico de quienes gobiernan. Cerrando accesos, dificultando el tráfico o suprimiendo aparcamientos, no están salvando el entorno natural: están castigando a un sector social concreto.
Y lo hacen con premeditación, porque saben perfectamente que esa carretera de Valencia no es incompatible con el respeto ambiental si se gestiona con sentido común, pero eso no interesa.
Sobre Valencia:
Las hermosas playas que ofrece Valencia ― Aunque nuestra ciudad vive de cara al mar ha estado muchos años de espaldas sin cuidar el maravilloso litoral que dibuja toda la comunidad. Lo que han hecho los políticos con nuestras playas se podría definir como amor y odio. El ejemplo más dramático es la carretera de El Saler que los políticos de izquierdas están bloqueando sistemáticamente ahogando a todos los ciudadanos que viven en el sur y a toda la hostelería.
1906 - ¿Por qué deberías visitar Valencia? Porque Valencia no se visita… se vive. Aquí no vienes solo a ver monumentos, comer Paella o a hacer fotos.
♦ Unas notas más:
Lo que sí interesa a la izquierda es imponer una visión ideológica del territorio, crear espacios “puros” donde solo quepa su concepto de sostenibilidad, que en la práctica se traduce en abandono, ruina y restricciones. Y el PP asume sin rechistar; como de costumbre.
Al final, lo que menos le importa a la izquierda de Valencia es el entorno natural: lo que quieren es tener el control de quién puede usarlo, cómo y cuándo. Y si con eso perjudican a la derecha económica y empresarial local, mejor. Esta no es una lucha por la Albufera, es una vendetta política encubierta bajo un barniz verde.